

1981 en Cananea: Música, lugares y personajes que marcaron una época
Escrito por: Martha Chávez
Cananea, Sonora, 14 de agosto de 2025.- La década de 1980 fue una época dorada para Cananea, Sonora. La vida en esta ciudad minera transcurría entre música, encuentros sociales y rincones que hoy existen solo en la memoria colectiva.
El estilo country predominaba con sombreros de copa adornados con toquillas de plumas y botas que se veían en calles y fiestas, platica el reconocido locutor Isauro Jerez Rochin.
Quien agrega que, la música de moda era tan variada como la vida nocturna en donde se escuchaban a: Kenny Rogers, con "Lady" y "el cobarde del condado"; Carlos y José, con "El Chubasco”; Lorenzo de Monteclaro, con "Me dejaste abrazado de un poste".
También Ritmo 7, con “Prueba de amor”, Lisa López, con “¿Quieres verme llorar?”; Julio Iglesias, con “Hey” y Los Yonics, con “Soy yo”.
Los centros nocturnos como Shazam, El Patio, Solarium, Los Cazadores y Shake reunían a la juventud, mientras que para eventos especiales destacaban el Casino de los Leones, el Club Cochise y el Club Rotario.
Las bebidas también tenían su estilo como las “caguamitas” con tapón en el fondo eran las preferidas, aunque en aquel tiempo no se vendían con hielo incluido. El transporte lo marcaban las corridas de Transportes Norte de Sonora y el autobús “Ronquillo” que salía hacia Hermosillo a las 6:30 de la mañana.
En comercio, Aristos, era la tienda más exclusiva para caballeros; el expendio El Piolín, surtía leche y huevo y el Picho de Aylocha, junto a la fundidora entonces el último edificio antes del llano, eran parte del paisaje.
En la periferia, el campo era escenario de carreras y paseos; lugares como El Vivero, Aposento y El Mirador, eran refugio de parejas y amigos.
La vida comunitaria giraba en torno a la Cooperativa Sección 65 y la Conasupo de Guacho Castro. La Feria del Cobre y los recuerdos de la histórica huelga minera formaban parte de la identidad local.
En aquel año recién se había inaugurado la carretera del Río Sonora, lo que empezaba a abrir nuevas rutas para los viajeros.
En los barrios, las escenas cotidianas tenían protagonistas entrañables: la tienda de Bartolo Castelló en Buenavista, las tortillas de Valero, los Chuchulucos de Doña Elena Vega, el taxi de Pancho Camargo y la “Carcelita” donde un teléfono con chicharra convocaba a los veladores Siguil Herrera y Juan Jerez y de fondo, siempre había música de Los Muecas, Los Freddy’s y “El jefe y su grupo”.
Eran tiempos en que Cananea combinaba tradición, convivencia y una vida cultural vibrante. Tiempos que, como dicen sus propios habitantes, “se quedan por siempre en el corazón”.