

73 años de la tragedia de La Chivatera en Cananea
Escrito por: Martha Chávez
Cananea, Sonora; a 04 de septiembre de 2025.- Hoy se cumplen 73 años de la tragedia ocurrida en el Barrio La Chivatera, un hecho que marcó para siempre a la comunidad de Cananea y trascendió más allá de sus fronteras, narró el reconocido comunicador Isauro Jerez Rochin.
La noche del 4 de septiembre de 1952, un fuerte estruendo sacudió el Campo Frío. Las familias escucharon gritos, el ruido de los carros y las ambulancias que subían apresuradas por el camino al puerto.
La incertidumbre y el miedo dominaron la escena en donde nadie sabía con certeza quiénes eran los mineros atrapados en aquel accidente.
Jesús Ramírez Galván, entonces un niño, recordó que fue su hermana Mercedes quien llevó la terrible noticia, “se hundió el Campo Frío y parece que hay muertos y heridos”, fueron las terribles palabras.
Desde ese momento comenzó para su familia una angustiosa espera, temiendo por la vida de su padre, que trabajaba en la mina aquella noche.
La comunidad entera se volcó al lugar, con rostros de preocupación, lágrimas y abrazos solidarios entre vecinos que compartían la misma incertidumbre sobre volver a ver con vida a sus seres queridos.
Fue hasta la tarde del día siguiente cuando la familia Ramírez pudo reencontrarse con su padre. Llegó en un carro del hospital, con el rostro herido, los oídos cubiertos de gasas y la ropa desgarrada, pero con vida.
El trabajador minero sobrevivió al aferrarse con todas sus fuerzas a un poste en medio del estruendo y el viento que levantó el cerro al desplomarse.
“Con la ayuda de Dios salvé mi vida”, dijo entre lágrimas, consciente de lo cerca que estuvo de perderla.
Con el paso de los años, aquel recuerdo se convirtió en silencio. El sobreviviente nunca volvió a hablar del tema y cuando sus hijos preguntaban, respondía con una sonrisa triste, “¿para qué quieres saber?”.
La tragedia de La Chivatera quedó grabada en la memoria de Cananea como una herida profunda, un recordatorio del sacrificio de los mineros y del dolor de sus familias. Hoy, más de siete décadas después, la voz de los sobrevivientes y sus descendientes sigue invitando a no olvidar.
El reconocido locutor Isauro Jerez Rochin recuerda que cada aniversario no solo es un acto de memoria, sino también un homenaje a quienes dieron su vida en el trabajo minero y un llamado a mantener viva la historia que forjó a Cananea.