

Jesús Alfredo Acuña, del tabú al lienzo humano: 29 años de tinta y talento
Escrito por: Martha Chávez
Cananea, Sonora; a 20 de agosto de 2025.- Lo que comenzó como un pasatiempo en su juventud en Cananea, para Jesús Alfredo Acuña se ha convertido en la expresión de su talento artístico y a lo largo de 29 años en su principal sustento.
Con una máquina casera y sin internet, a los 14 años inició sus primeras líneas en 1995. Hoy cuenta con una amplia clientela y su propio negocio: “Kanapaz Ink”.
Con formación técnica en electrónica, ha logrado posicionar su estudio en Cananea, donde el tatuaje pasó de ser un tema rodeado de prejuicios a convertirse en un arte valorado por la comunidad.
A pesar de los estigmas que rodeaban esta práctica, su perseverancia y la confianza de sus primeros clientes le dieron la oportunidad de crecer. Su madre fue una pieza clave en su historia; al principio tuvo dudas, pero pronto reconoció su talento y lo apoyó en el proceso.
El crecimiento de “Kanapaz Ink” ha sido orgánico, basado principalmente en recomendaciones de clientes satisfechos. Su enfoque en la personalización de los diseños y en la calidad del trabajo ha sido su mejor carta de presentación, logrando que personas de todas las edades, incluyendo adultos mayores, se acerquen a su estudio.
Acuña también ha enfrentado los retos de formalizar su negocio, cumpliendo con regulaciones y licencias sanitarias que aseguran confianza y profesionalismo en su servicio. A pesar de los retos administrativos y económicos, se mantiene firme en su visión de seguir aprendiendo y perfeccionando su arte.
“(Para emprender) la pasión debe ser el motor principal. El éxito no se mide únicamente en lo económico, sino en la realización personal y en el impacto positivo que se genera en la comunidad”, concluyó el empresario.