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Tras casi dos décadas llega a su fin la histórica lucha de los mineros de la sección 65
Escrito por: Martha Chávez
Cananea, Sonora, a 18 de diciembre de 2025.- Después de casi 20 años de resistencia, la lucha de los mineros de la Sección 65 llegó a su fin la mañana de este jueves, cuando de manera histórica se concretó una solución definitiva para los trabajadores afectados por la huelga de Cananea del Sindicato Minero Nacional.
El amanecer de este día no fue uno cualquiera en Cananea. Tras más de 18 años de un conflicto que marcó a generaciones enteras, la emblemática huelga iniciada en julio de 2007 alcanzó finalmente su cierre este 18 de diciembre de 2025.
Desde las primeras horas de la mañana, el Palacio Municipal se convirtió en el escenario de un encuentro cargado de simbolismo, donde ex trabajadores de la mina y sus familias se congregaron para atestiguar el inicio de la entrega de liquidaciones.
Lo que en el ámbito laboral podría considerarse un trámite administrativo, para los hombres y mujeres del mineral representó el final de un largo camino de sacrificios, resistencia y dignidad.
Aquella lucha que nació desde el interior de la mina trascendió fronteras y se convirtió en un referente nacional de perseverancia obrera, que hoy, casi dos décadas después, encuentra finalmente una solución.
Entre la multitud que esperaba su turno, la satisfacción se mezcló con la nostalgia por los años perdidos.
Héctor Miranda Carrillo, ex minero de la Sección 65, describió este momento como una profunda sensación de paz que lo acompañó desde que despertó.
Señaló que el alivio es inmenso tras tantos años de sacrificio compartido, pues el conflicto finalmente se resolvió a su favor.
Al reflexionar sobre el impacto personal de la lucha, reconoció que el golpe fue duro y que las pérdidas fueron significativas en muchos sentidos; sin embargo, subrayó que nunca abandonó la esperanza.
Para él, esta jornada quedará grabada en el corazón de Cananea como un ejemplo de perseverancia y resistencia para las generaciones futuras.
La alegría del triunfo no fue completa para algunos. La ausencia de aquellos compañeros que fallecieron antes de ver la resolución definitiva se hizo presente y pesó en el ambiente. Berenice Aguayo, viuda de un extrabajador de la mina, esperaba en la fila con un sentimiento profundo de tristeza al ocupar el lugar que le correspondía a su esposo.
Explicó que estar ahí sin su compañero de vida resultó doloroso, pues al observar a los demás mineros formados no pudo evitar imaginar que él también debería estar presente para celebrar el fruto de su esfuerzo.
Aunque agradecida por el fin de la incertidumbre económica, admitió que el vacío que dejó su ausencia es irreemplazable en un día donde la victoria tiene un sabor agridulce.
Al concluir el proceso, el ambiente en la ciudad se transformó en una mezcla de cierre y renovación tras años de incertidumbre.
Abrazos, lágrimas y suspiros de alivio marcaron una jornada que pone punto final a un capítulo que definió la identidad de todo un pueblo y la fortaleza de su clase trabajadora.
El legado de la Sección 65 permanecerá ahora en la memoria colectiva de Cananea como un testimonio de justicia.
Con este paso, las familias mineras comienzan a escribir una nueva historia, dejando atrás las barricadas para caminar hacia un futuro de estabilidad, dignidad y reconciliación social.




