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Ensayo explora la complejidad de narrar los feminicidios sin caer en errores
Escrito por: Tomado de Internet
El hallazgo de historias de feminicidios en series de televisión, novelas o elementos de moda femenina llevó a la escritora Lydiette Carrión a investigar el fenómeno para prevenir la “doble victimización” de mujeres que terminaban expuestas en una miríada de productos culturales. El resultado fue el libro Feminicidio mítico, del crimen al producto cultural: Imágenes, narrativas, moda y consumo de la violencia (Debate).
La también periodista explicó que, ante esta situación, exploró los principales mitos de Occidente, donde identificó “una serie de guiones que se van reproduciendo a lo largo de los siglos, van mutando y llegan al presente e influyen de una manera, desgraciadamente, muy potente al narrar estas historias”.
Carrión mencionó que hizo el texto desde “un lugar incómodo porque soy periodista que he escrito durante muchos años sobre los feminicidios y me interesaba explicarme y narrar qué papel juego en esta ecología de narrativas, o sea, por qué es tan complejo narrar estas historias sin caer en errores”.
Contó que se concentró en casos de moda; por ejemplo, los homicidios en Ciudad Juárez como inspiración de una línea de ropa de alta gama, con vestidos de 20 mil dólares; en producciones de televisión, pódcasts de crímenes reales populares entre mujeres y el mercado cíclico de esos productos, pues incluso hay una banda de rock que tiene el nombre de una víctima de feminicidio.
Feminicidio mítico se presentó ayer durante una actividad transmitida por el canal de YouTube “En Vivo UAM Lerma”, de la unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana, en colaboración con la unidad Cuajimalpa.
El título se basa en las narrativas establecidas, para ello se refiere al trabajo de otras autoras y expertas académicas referidas en el texto, quienes señalan que el primer feminicidio descrito está en la Biblia, y abordan sus implicaciones.
“Identifico cómo este primer feminicidio se encuentra en cuentos medievales y luego de hadas, y va mutando. Eso me va dando perspectivas de qué elementos están presentes e influyen en las narrativas que hacemos. Es muy impresionante cómo estamos todas y todos imbuidos en estos mitos, por eso hablo de un feminicidio mítico.”
En torno a la historia del asesinato bíblico de la hija de Jefté, la escritora mencionó que la idea de sacrificar a la doncella para ganar una guerra se va a repetir en La Bella y la Bestia y La doncella sin manos. “No sólo estamos hablando de la violencia contra las mujeres, sino de la relación con los procesos masculinos para convencer a una población de irse a la guerra, que se va repitiendo en las tragedias griegas y, ya con un beneficio económico, en los cuentos de hadas”.
Asimismo, se retoma el caso de Gregorio Cárdenas, considerado el primer asesino serial mexicano, aunque este tipo de criminales siempre han existido. El personaje echó mano de diversas narrativas y los datos objetivos de la investigación, testimonios, “son de alguna forma borrados tanto del imaginario como de la memoria social y dejan de tener importancia en los resultados legales: nunca hubo una sentencia en firme”.
Se trata de una mitificación, comentó Carrión, o una mistificación, “en el sentido de que se cambian hechos por representaciones que no están hablando de lo que ocurrió, sino de una serie de taras culturales, de mitos y de relaciones invisibles”.
Víctimas y victimarios
La autora reseñó que a partir del siglo XX son recurrentes tres tipos de víctimas de feminicidio: la buena, la mala y la que logra salvarse, y tres de victimarios: el monstruo, el asesino monstruoso y quien es víctima de emociones violentas. “Cárdenas ajusta su narrativa para entrar en la última clasificación, lo que hace que los expertos y los mejores siquiatras de la época no lograran ponerse de acuerdo. Esa fuerza tiene estas representaciones de la violencia feminicida.
“Esa tríada se juega en la cultura que impregna, por supuesto, a juzgadores, periodistas, escritores, pintores y a toda una sociedad, que define cómo son percibidas las víctimas, pero también los victimarios.”
Feminicidio mítico incorpora el caso de Coyolxauhqui (diosa que se representa desmembrada), ajeno al imaginario de Occidente, “pero que tiene aspectos culturales importantes que se corresponden con ciertas narrativas respecto a la guerra”.
Además, se refiere al género literario gótico, muy popular entre el público de mujeres. Acuñado por Ann Radcliffe, agregó Carrión, “es como una historia precautoria hacia las mujeres jóvenes (me parece que es un feminismo incipiente, obviamente muy burgués) de que cuiden mucho con quién se van a casar”.
También expone el peligro de la violencia sexual y de que las mujeres sean engañadas para casarse y quitarles su dinero, la dote o renta que tengan. Otro de sus elementos es que habla de la casa como un lugar del cual no pueden salir las mujeres, “infiernos domésticos. Los expertos en literatura de entonces, varones, decían: ‘es un género menor que les gusta a las chavitas, pero el verdadero canon literario es otro’”.
El feminicidio es narrado en el gótico por mujeres en muchas ocasiones y también hay una preocupación por ser víctima de él. “Está ahí y en otros lados, por ejemplo, Charles Dickens se basa en un feminicidio real para contar la muerte de Nancy en Oliver Twist. Está presente asimismo en Edgar Allan Poe.
“Poe dijo una cosa que me llamó mucho la atención: ‘No hay nada más poético en el mundo que la muerte de una mujer hermosa’. Hay un interés, pero también una explotación de las mujeres que son víctimas de feminicidio al momento de representar esto”, concluyó Carrión.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/11/26/cultura/ensayo-explora-la-complejidad-de-narrar-los-feminicidios-sin-caer-en-errores





