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Tesoros de Cananea: Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe

Escrito por:Josefa Isabel Rojas Molina

Dentro de los edificios históricos característicos y mejor conservados de nuestra ciudad, está un templo religioso católico: La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.

En sus orígenes Cananea se pobló de personas que llegaron de todas partes del país e incluso de otros países. La mayoría debe haber traído consigo una carga de fe y creencias, tal vez distintas, pero que siempre han ayudado a los hombres a bienvivir, sobrevivir y tener esperanza.

En un pueblo minero, la fe es indispensable para sobrellevar las enormes cargas de trabajo, los climas extremos, la pobreza, el hambre que de seguro tuvieron aquellos mineros y sus familias al iniciar el Siglo Veinte.

Según nos dice la página del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática: (http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisticas/2013/poblacion26.pdf)

“El crecimiento y la diversificación de credos religiosos en el país han dado lugar a un escenario plural, cuyo conocimiento es importante a fin de encaminar acciones que contribuyan a la tolerancia y convivencia entre los individuos de diferentes creencias.

La religión católica es la de mayor predominancia entre la población sonorense con 82.3%, le sigue protestantes y evangélicas con 7.7%, Bíblicas diferentes de Evangélicas con 2.0%, otras religiones con 0.1%, los que no profesan ninguna religión suman 6.5%, mientras 1.4% no especificó su religión.”

Y aunque esta información  es actual, suponemos que a principios del S XX la situación no ha de haber sido muy diferente.

El templo católico ¿Dónde? La respuesta a esta pregunta tiene una lógica histórica: muy cerca de la Casa de William C. Greene, de hecho, enfrente. Así, al igual que la mayoría de los edificios de importancia en Cananea, la familia Greene tuvo una gran injerencia. Empezó con la construcción de un edificio de madera, muy bien hecho según se ve en algunas fotos. Era 1901-1902 y la pequeña iglesia de estilo estadounidense quedó asentada en la Avenida Sonora.

En 1905 se inicia un templo mucho mayor, de estilo gótico, junto al de madera. (Se cuenta que la sra. Mary Greene, esposa de W. C. Greene pidió el estilo arquitectónico para que le recordara a la Catedral de Nuestra Señora (Notre Dame), en París y que gustaba ver el vitral central desde su ventana en las mañanas.) Sin embargo es lenta la construcción y en 1910 lo encontramos “como lo vemos en las fotografías; sus paredes sin techo, sus torres sin cúpulas y sin campanas.”, como nos dice el Sr. Jesús “Teco” Morales en su libro La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Cananea, lectura indispensable y muy amena para quienes investiguen acerca de la historia cananense.

Por razones hartamente conocidas, durante la Presidencia de Plutarco Elías Calles tuvo lugar la Guerra Cristera, que tanto daño causó al país y tantas divisiones entre los mexicanos propició; recién se “terminaba” la Revolución Mexicana. Esto concluyó hasta 1937 cuando el Presidente Lázaro Cárdenas terminó con la persecución religiosa. En todo este periodo en Cananea, al igual que en el resto del país, los católicos se arriesgaron y fueron perseguidos, pero de algunas maneras y gracias a creyentes empeñosos que historiadores y cronistas (Basilio Hage, Jesús Morales, entre otros) han consignado, consiguieron mantener sus ritos y creencias a salvo e inclusive algunas joyas y figuras religiosas de importancia.

De nuevo son las palabras de Jesús Morales las que nos ilustran acerca de la conclusión de los trabajaos de construcción del gran templo católico que hoy reseñamos: “fue, según la opinión pública, la misma señora Mary Proctor Greene Wiswall, quien también ayudó al Padre Monge a que terminara aquella obra que desde los albores del siglo se había propuesto ver terminada.

“Muchos arreglos se le han hecho a nuestro templo (…) pisos, ventanas, vitrales, altares, luces, puertas, cielos, salón cural, salón parroquial, etc.”

“Nuestro templo es uno más de los preciados tesoros que tenemos todos los habitantes de Cananea, pues está considerado entre las joyas de la nación…”

Y dice bien el cronista, pues además de su diseño grandioso al exterior este bello y bien cuidado templo católico, es cómodo con piso y reclinatorios de madera fina y un altar de mármol del centro del país que fue colocado cuando estaba el Sacerdote Monge, los decorados y paredes también de mármol traídos años después le dan la elegancia que posee.

Cuántos relatos de bodas, bautizos, dolor, han nacido en los más de cien años que este bello edificio tiene en pie.

Entre los abundantes datos que en el libro publicado por el Semanario El Independiente, en la Colección Voces del desierto, La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Cananea, ya mencionado anteriormente, Jesús Morales nos informa lo siguiente, que me sirve para cerrar el presente texto: “El día 28 de noviembre de 1963, se colocó el último clavo al piso de madera del templo.”

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