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Escrito por: Tomado de Internet

Esta segunda administración de Donald Trump, aparte de ser más dañina que la primera, no da tregua. Cada día es un nuevo ataque contra algo o alguien. Y lo peor es que los estadounidenses, incluyendo los que votaron por él y ahora son afectados por sus políticas, están como paralizados sin saber cómo responder, o simplemente toman esta seria amenaza demasiado a la ligera a pesar de las evidentes inclinaciones autocráticas de Trump.

Me parece que el pueblo estadounidense cree que la democracia es eterna y garantizada, o que el peligroso y desgastante reality show que vivimos a diario con este presidente no tendrá ningún efecto en nuestro sistema de gobierno o en nuestras libertades individuales. Trump comenzó a erosionarlos desde que asumió la presidencia por primera vez en 2017, y desde enero de este año viene dispuesto a completar su maquiavélico plan.

Esta semana se reportó que el gobierno de Trump detuvo, con la intención de deportarlo, al activista Mahmoud Khalil, un ciudadano argelino de ascendencia palestina, pro- palestinos, y estudiante de la Universidad de Columbia, líder de las protestas estudiantiles contra Israel demandando un cese al fuego en Gaza. Khalil es un residente permanente casado con una estadounidense. Trump y los republicanos acusan a Khalil de ser simpatizante del grupo terrorista Hamas. Hasta el momento Khalil no ha sido formalmente acusado de algo que justifique la revocación de su residencia y su deportación, que ha sido frenada temporalmente por un juez.

Hay sectores que consideran que la detención y posible deportación de un residente permanente porque sus ideas son contrarias a las de la administración, es un ataque a la Primera Enmienda de la Constitución que protege la libertad de expresión y de reunión.

Aunque las organizaciones judías nacionales están divididas en este tema, una de ellas, el Comité Judío Americano (AJC), declaró que Khalil debe gozar del debido proceso de ley antes de ser deportado. “El Comité Judío Americano (AJC) está indignado por las opiniones y acciones de Mahmoud Khalil. Las universidades tienen la obligación de garantizar que un comportamiento antisemita como el suyo no conduzca a la intimidación y el acoso de los estudiantes judíos?Si el gobierno prueba su caso en un procedimiento judicial rápido y público, y Khalil goza de las debidas garantías procesales, entonces la deportación estará plenamente justificada”.

Previas y actuales acciones de esta administración traen ecos del macartismo que vivió Estados Unidos entre 1950 y 1956. Redactar listas de enemigos, perseguir opositores, mentir, acosar, hostigar, echar mano de la demagogia. Pero, sobre todo, presentar un enemigo a sus enardecidas bases. Para el senador republicano Joe McCarthy eran los comunistas o presuntos comunistas. Para Trump son los inmigrantes “criminales”, la “izquierda radical”, la “prensa falsa”.

Nada importa si destruyen vidas porque la crueldad es su marca.

Así, por ejemplo, Trump ha ido intensificando la ofensiva contra los inmigrantes. Ahora reanudó la práctica de detener a familias migrantes con sus niños pese al desastre humanitario y psicológico de dicha práctica y a encerrarlos en dos instalaciones, Dilley y Karnes, en Texas, que han sido noticia por su historial de abusos contra los migrantes, como encerrar niños en jaulas, e incluso de muertes bajo custodia. Y pese a que todavía se viven las secuelas humanitarias y psicológicas de la separación de niños de sus padres en la frontera, otra política pública de Trump en su primera gestión. La mayor parte de los inmigrantes detenidos y deportados no son criminales.

En otra señal de crueldad contra los inmigrantes, esta semana el gobierno de Trump anunció la aplicación CBP Home para que los inmigrantes anuncien su intención de autodeportarse. Así, sustituyen la CBP One que les permitía iniciar su proceso de solicitud de asilo de manera ordenada quitando presión de la frontera.

Pero no son únicamente los inmigrantes. Programas vitales como Medicaid, Medicare y Seguro Social y de los que dependen millones de estadounidenses, están en la mira de la administración Trump para posibles reducciones de fondos que financien recortes de impuestos a los sectores más privilegiados, y aumenten los gastos de defensa y la maquinaria de deportaciones.

Y sus políticas de aumentar los aranceles a productos de sus principales socios comerciales, Canadá y México, han contribuido al desplome de la bolsa de valores y amenazan con una recesión.

Trump es, sin duda, un peligroso agente desestabilizador que no da tregua.

https://laopinion.com/2025/03/12/trump-no-da-tregua/