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México en enero de 1980: Un mes de contrastes, tragedias y esperanza

Escrito por: Martha Chávez

Cananea, Sonora, a 15 de enero de 2025.- Enero de 1980 fue un mes que encapsuló la esencia de México: un país de contrastes, donde la alegría y la tragedia, los logros y las pérdidas, se entrelazaron para escribir una página más de su historia.

El mes comenzó con una noticia que llenó de optimismo a la nación: México acordó un aumento del 33% en el precio del petróleo de exportación, consolidando su posición como un actor clave en el mercado energético internacional. Este logro económico parecía anunciar un año prometedor.

Sin embargo, el 7 de enero trajo consigo una mezcla de orgullo y dolor. Por un lado, México obtuvo un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, con el licenciado Porfirio Muñoz Ledo asumiendo la representación del país en un escenario global. Pero ese mismo día, una tragedia en Tulyehualco conmocionó a todos: un camión sin frenos cobró la vida de 16 niños y 4 maestras, dejando además a 13 menores gravemente heridos. El locutor Isauro Jerez Rochin narró con profunda tristeza este suceso, que recordó la fragilidad de la vida.

Enero también fue un mes de despedidas. El 9 de enero, falleció el Dr. Federico Gómez Santos, fundador del Hospital Infantil de México, un hombre cuyo legado salvó incontables vidas y transformó la medicina pediátrica en el país. Pocos días después, el 17 de enero, murió el escritor y político Agustín Yáñez, cuya pluma dejó una huella imborrable en la literatura y la educación mexicanas.

En medio de las pérdidas, también hubo espacio para la esperanza y la fe. El Papa designó al RP Carlos Talavera Ramírez como obispo auxiliar del Cardenal Arzobispo de México, un nombramiento que renovó el espíritu de la comunidad católica. Además, el presidente José López Portillo reforzó los lazos internacionales al visitar Nicaragua, donde pactó un acuerdo de cooperación y la venta de petróleo, fortaleciendo la posición de México en América Latina.

El mes cerró con mensajes de unidad y reconocimientos. El Papa, recordando su visita a México, alentó a los mexicanos a trabajar juntos por el bien común. Mientras tanto, medios centroamericanos declararon a López Portillo como “hombre del año”, un título que reflejaba su influencia en la región.

Así, enero de 1980 dejó una huella imborrable en la historia de México: un mes de contrastes que recordó a los mexicanos su capacidad para enfrentar desafíos, honrar a quienes partieron y construir un futuro lleno de esperanza.

 

 

 

 

 

 


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